miércoles, 1 de abril de 2015

"Planeta turista: una identidad entre el mito y el consumo". Reseña del autor Julio Correa Silva

Julio Correa Silva, Las Palmas de Gran Canaria, 2015
Planeta turista de David Guijosa, Acerina Cruz y Samir Delgado se instala de forma definitiva dentro de una corriente crítica que abarca todas las artes, y que es característica común de aquellos territorios “invadidos” por la sociedad de consumo, manejados por el centralismo político y necesitados de una identidad que les permita transitar, con más o menos acierto, por los senderos de un mundo que tiende a la globalización cultural. Definitiva también, porque aparece esta maravillosa polifonía poética en tiempo presente, que es siempre pasado y futuro próximos; contextualizada en un espacio geográfico concreto: Canarias, y construida a través de la experiencia vital de tres poetas que compartieron en algún momento de sus vidas la pertenencia a un territorio entregado a la cultura del simulacro, el espectáculo y, por qué no decirlo, el desencuentro.

Desde que en 1582, Bartolomé Cairasco de Figueroa estrenara en el pórtico de la Catedral de Canarias la que es considerada la obra fundacional de nuestras letras, la Comedia del recibimiento, en la que un jefe aborigen, Doramas, se presenta en el acto tercero ante el obispo Fernando de Rueda para recitarle las excelencias y bondades de una tierra ya conquistada, mucho se ha escrito sobre la identidad canaria y su construcción desde el exterior. Escritores de la talla de Nicolás Estévanez, Alonso Quesada, y otros más cercanos en el tiempo como Pedro García Cabrera, Millares Sall o Manuel Padorno han reflexionado en su obra acerca de ese concepto tan controvertido. Distanciada del idealismo romántico, y desvinculada también de cualquier manifiesto político concreto, la obra a la que hacemos referencia en esta reseña nos proporciona la imagen del individuo inmerso en el desconcierto vital de la sociedad posmoderna. 
Planeta turista nace de la aportación poética de tres escritores con estilos diversos, aunque unidos en la experiencia temática que vertebra esta obra. David Guijosa nos presenta una visión desencantada, y en ocasiones irónica, del sector turístico. Destaca en sus poemas la preocupación por el lenguaje y la comunicación; la ciudad turística como una “infecunda Torre de Babel” en la que predomina una búsqueda de lo inmediato. La aportación de Acerina Cruz destaca por su marcado tono autobiográfico y por la sutileza verbal con la que manifiesta su experiencia. Una identidad que se construye entre el mito y el consumo; la experiencia insustancial del turista y la dignificación de los trabajadores del sector. Con algunas referencias a la cultura pop, hay en su obra espacio para el impresionismo (“Jardín común”) y el surrealismo (“Golf”). Por último, tenemos la aportación de Samir Delgado. Brillante en la forma y en el ritmo del verso. Destila su poesía algo de tiempo detenido, como en los haikais japoneses. Podemos encontrar en su obra referencias mitológicas y metaliterarias, así como una clara vinculación entre sus escritos y algunas corrientes filosóficas de la segunda mitad del siglo veinte.  
Por todos estos motivos, y otros que no tienen un hueco en la reseña que aquí les presento, considero que Planeta turista es una obra fundamental en las letras hispánicas actuales; un texto imprescindible para comprender el devenir de una sociedad que ha pasado en los últimos cincuenta años de buscar sus raíces a convertir en baratijas de escaparate todo lo que el mercado pudiera reclamar como identitario.

Julio C. Correa Silva*

*Poeta y profesor. Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, 1977. Licenciado en Filología Hispánica por la ULPGC; Máster de Español y su Cultura: recursos profesionales y empresariales por la ULPGC, y actual doctorando del DELLCOS (ULPGC) con una investigación sobre la perspectiva de género en la obra narrativa del escritor colombiano Andrés Caicedo Estela. Viajero infatigable, ha visitado una docena de países en los últimos años.