martes, 30 de septiembre de 2014

3 poetas, 1 libro. Presentado en Madrid el Planeta Turista

Los 3 autores David Guijosa Aeberhard (derecha), Acerina Cruz Suárez (centro) y Samir Abdallah Delgado (izquierda)

Madrid fue el escenario escogido para la celebración del Día Mundial del turismo el pasado Sábado 27 de septiembre. Y por fin nos encontramos juntos los 3 autores de 1 libro para la historia del proyecto: Planeta turista. 

Deseamos agradecer el apoyo a todos los asistentes, especialmente a los responsables del Centro de Arte Moderno de Madrid y de la Editorial Amargord. A partir de ahora el libro “Planeta turista. Poesía reunida” comienza su andadura propia por librerías de todos lados.

También queremos agradecer el apoyo del programa Canarias Crea del Gobierno de Canarias a través del cual se potencia la movilidad de los artistas y escritores de las islas hacia el exterior. Con motivo del Día Mundial del turismo, los componentes del proyecto "Leyendo el Turismo" hemos procurado afianzar esta iniciativa literaria proyectada desde Islas Canarias que aborda la ciudad turística internacional desde la mirada de la poesía contemporánea.

Con la presentación literaria, los tres autores hemos señalado en nota de prensa “los indicios generacionales que desde la experiencia insular han asumido el reto de literaturizar la sociedad turística global”, estableciendo una mirada sobre el universo simbólico del turismo a través de la experiencia vital de quienes hemos formado parte de la generación del despegue turístico de Canarias.

Con el libro “Planeta turista. Poesía reunida” esperamos dar un salto hacia la proyección internacional mediante la consolidación inédita de este proyecto interdisciplinar que atesora varios años de investigación y difusión desde Islas Canarias, Madrid o Suecia en torno al mito literario de “Turisneyland”. 

Seguimos adelante, nos vemos!

martes, 16 de septiembre de 2014

Reseña. El poeta nómada visita Planeta turista. A cargo del escritor Juan Carlos de Sancho




El poeta nómada es un turista accidental que visita a menudo  palabras puras y viajeras. Sabe moverse y vivir en ese barullo improvisado, en esos planetas inexplorados. Si además vive en una isla, visita por triplicado sus intuiciones circulares. Su aventura automática se ve refrendada por asimilar la vida de un pez que sabe que está en el agua porque sale del agua. Después de varios margullos, desde la adolescencia inicua a la madurez previsora, con gafas o sin gafas, sus informes de profundidad suponen un avance conceptual en la visión del mundo conocido y desconocido.

Un poeta nómada es capaz de convertir una anécdota en un sofisma y una toalla playera en un manifiesto surreal. Un poeta es una isla, pero nacer en una isla  supone una prosperidad para su escritura. Estos argumentos se pueden acreditar,  aterrizando en el Planeta Turista, donde ahora navego y disfruto, de la mano de  Acerina Cruz,  Samir Delgado y David Guijosa, tres poetas del Subtrópico de Cáncer, guías turísticos  de palabras que llegan por avión, papel  o barco. Visión panorámica y estratosférica.

Una isla es un  conjunto de vernáculos visitados por alienígenas de todo  lugar imaginable. Cuando eres un poeta adolescente, el turista llega de otro planeta, por más que intente disimularlo con cremas y potingues. El indígena otea al recién llegado de arriba a abajo, lo ve venir, le parece un objeto luminoso, un cartel publicitario andante, una aventura enigmática, una traducción casi improbable, o sea la poesía empírica.

El espacio turístico de la isla es un camaleón tomando cerveza, un rinoceronte de goma flotando en la selva de una terraza de Sonneland, un apartamento azulmarino invadido por la heterodoxia y la creolidad, que ha llegado en formato marabunta, en tecnicolor. Los poetas que no han vivido de pequeños este Carnaval multicolor, se ajustan a la norma cartesiana, al arquetipo  en desuso. Aún siguen tomados por los suevos, vándalos, alanos, visigodos, íberos y celtas. Son poetas continentales. Una Península es una isla en pena, ya saben. El Planeta Turista es otra cosa, la cosa.
El poeta que nace en una isla conoce los lunares secretos de los carolingios, las venas hinchadas de cerveza Tropical de los germanos, la blanquecina epidermis,  tostada con café y menta, del vikingo noruego, los vociferantes aullidos de los lobos británicos en los balcones derretidos de Septiembre. Prontitud con la lejana cercanía, visión de ojo de buey, simbología, fragmentación del texto, nada  por terminado, inclusión de las influencias, lengua dentro de la lengua, máxima generosidad con el invento literario. La perspectiva del poeta insular, estructura flotante y periscópica, bordeando la piscina internacional.

Edouard Glissant , poeta y ensayista  de la isla de Martinica, opta por las culturas de influencias, por las entidades rizomas y no por las atávicas de raíz única. Piensa en existencias permeables, donde he podido comprobar que navegan los poetas subtropicales  Acerina Cruz, Samir Delgado y David Guijosa, poetas ambulantes en un Planeta Turista,  acólitos de lo desconocido, del experimento vital y el submarinismo cosmopolita.

Leo este libro  ventajoso en la bañera de mi casa, piscina cuántica donde refresco mis alucinaciones compartidas, estas sabias tasaciones de estos tres poetas íntegros. Poetas de mixturas, aventureros en conexión con otros mundos que se cruzan. No son poetas de la Meseta, su insulario es otro, movedizo, renovable como la gente que se mueve en los aeropuertos, siempre un paisaje conceptual vivo, en tránsito.

Cada poema de David Guijosa, Samir Delgado y Acerina Cruz nos advierten de ese breviario poético que es estar dentro y fuera a la vez, de ese shock entre culturas, del factor novedad y lo imprevisto. Supone poner en marcha una maquinaria del lenguaje atrevida, la posibilidad de viajar a un precio módico por mundos laberínticos y reconocibles, incluso filosóficos. Se palpa en los textos la distancia del pensador que ha participado de la realidad que ahora llena de metáforas y aciertos. Se cuenta sin contarlo todo, como si las palabras fueran también turistas ocasionales, esta vez nada inocentes, navegables.

Disfrute del Planeta Turista. Acérquese a la orilla azulada de una vida vertiginosa y feliz.  No disimule el turista que lleva dentro. Es usted también un pequeño continente en miniatura, visitante anónimo de este paraíso de tinta y papel. Abra la sombrilla y comience a leer. ¡Wellcome ¡

                                     Canary Islands, 16 Septiembre ,2014

lunes, 15 de septiembre de 2014

Un poema sobre hoteles del escritor árabe Mahmud Darwix



LA HABITACIÓN DE HOTEL
Preguntarán: ¿Quién es este turista
tan indiscreto?
M.D.

SALUDOS al amor el día en que llega, y el día en que muere, y el día en que cambia de pareja en los hoteles. ¿Pierde con ello algo el amor?. Nos tomaremos nuestro café en la tarde del jardín. Charlaremos de nuestro desarraigo de exiliados en la cena. Y pasaremos a una habitación para que dos extraños prosigan la búsqueda de una noche de ternura, etcétera.
Olvidaremos retazos de conversación sobre dos sillones, olvidaremos nuestros cigarrillos, vendrán otros que prolongarán nuestra velada y el humo. Olvidaremos un poco de sueño en la almohada. Vendrán otros y se acostarán en nuestro sueño, etcétera.¿Y aún confiamos nuestros cuerpos a los hoteles? ¿Y aún confiamos nuestros secretos a los hoteles? Vendrán otros, proseguirán nuestro grito en la oscuridad de dos cuerpos unidos, etcétera. Sólo somos dos números que duermen en la cama común de los comunes, que dicen lo que dijeron hace nada otros dos de paso por el amor. Y vendrá el adiós aprisa. ¿No ha sido este encuentro demasiado rápido para que nos haga olvidar a los que nos amaron en otros hoteles? ¿No habías dicho tú antes estas mismas obscenidades a otro? ¿No había dicho yo antes estas mismas obscenidades a otra en otro hotel, o aquí, en esta misma cama?. Demos algunos pasos para que vengan otros y den los mismos pasos, etcétera.



Mahmud Darwix, De Cuatro direcciones personales,1986. (Poesía escogida, Pretextos, 2008)