martes, 25 de noviembre de 2014

El turista en la Ciudad Genérica de Rem Koolhaas

Rem Koolhaas (1944) Arquitecto y pensador holandés, Premio Pritzker 2000

9.3 Pese a su ausencia, la historia es la principal preocupación, incluso la principal industria, de la Ciudad Genérica. En los terrenos liberados, alrededor de las casuchas restauradas, se construyen más hoteles para acoger a turistas adicionales en proporción directa a la eliminación del pasado. Su desaparición no tiene influencia alguna en sus cifras, o tal vez se trata sólo de una avalancha de última hora. El turismo es ahora independiente del destino...


9.8 Cada Ciudad Genérica tiene una orilla, no necesariamente con agua-también puede ser con un desierto, por ejemplo-, pero al menos un borde donde se encuentra con otra situación, como si una posición cercana a la escapatoria fuese la mejor garantía para su disfrute. En ese borde los turistas se congregan a montones alrededor de un puñado de tenderetes. Multitud de vendedores ambulantes intentan venderles los aspectos "únicos" de la ciudad. Las partes únicas de todas las Ciudades Genéricas juntas han creado un recuerdo universal, un cruce científico entre la torre Eiffel, el Sacré-Coeur y la estatua de la Libertad: un edificio alto (habitualmente sumergido entre 200 y 300 metros) sumergido en una pequeña bola de agua con nieve o, si estamos cerca del ecuador, escamas de oro, diarios con tapas de cuero picadas de viruela, sandalias hippies, aunque los verdaderos hippies son repatriados rápidamente. Los turistas los acarician- nadie ha presenciado nunca una venta- y luego se sientan en exóticos comedores que bordean la orilla. Allí prueban toda la gama de platos del día: picantes, que en principio y en última instancia pueden ser la indicación más fiable de estar en otro sitio; hamburguesas, de ternera sintética; crudos, una costumbre atávica que será muy popular en el tercer milenio.


10.3  Los hoteles se están conviertiendo en el alojamiento genérico de la Ciudad Genérica, en su pieza edificatoria más común. Antes solían serlo las oficinas, que al menos implicaban un ir y venir, y suponían la presencia de otros alojamientos importantes en otros sitios. Los hoteles son ahora contenedores que, en la expansión y la universalidad de sus servicios, hacen que casi todos los demás edificios resulten redundantes. Incluso actuando también como centros comerciales, son lo más parecido que tenemos a la existencia urbana al estilo del siglo XXI.


12.1 La Ciudad Genérica vive en un clima más cálido de lo habitual, va de camino al sur-hacia el ecuador-, lejos de esa maraña que el norte hizo con el segundo milenio. Su destino final es ser tropical: mejor clima, gente más guapa. Está habitada por aquellos a quienes no les gusta estar en otro sitio.



Rem Koolhaas, La Ciudad Genérica /The Generic City (1997)
(Extraído de la edición de Gustavo Gili. Tradución de Jorge Sainz, Colección GGmínima 2008 )